Imagen logo de la OPI

La crisis climática, ignorada por los partidos británicos ante las elecciones

 29 junio, 2024

Patricia Rodríguez

Londres, 29 jun (EFE).- La crisis climática ha sido abordada por los principales partidos de cara a las elecciones británicas del próximo 4 de julio de manera insuficiente o decepcionante, en líneas generales, con propuestas carentes de ambición y con visión «miope» de futuro.

Así lo creen organizaciones medioambientales, críticas con los planes desgranados por los grupos políticos del país como parte de sus programas electores para la emergencia del clima.

Los comicios llegan en un contexto crítico para la acción climática y, según el regulador Comité para el Cambio Climático, el país está lejos del camino correcto para cumplir los objetivos de recortar en un 68% las emisiones de gases de efecto invernadero antes de que finalice la década.

En declaraciones a EFE, la consejera delegada de la organización Climate Group, Helen Clarkson, dice que el panorama actual difiere de manera «deprimente» del que había antes de las elecciones previas, «donde el consenso entre los partidos sobre el clima significaba que la discusión giraba en torno a lo que deberíamos hacer y no sobre si deberíamos hacer algo al respecto».

Agrega que «las políticas climáticas no son algo opcional, sino absolutamente crítico, no sólo para mitigar los efectos del cambio climático, sino también para la competitividad de la economía».

La responsable de política de Greenpeace, Rebecca Newsom, recuerda que «reparar los servicios públicos que se están desmoronando, restaurar la naturaleza y apoyar a comunidades vulnerables que afrontan los impactos del clima requerirá de inversión por parte del Gobierno».

En 2019, en cambio, el Reino Unido se había convertido en el primer país del G7 en legislar para llegar al cero neto en emisiones de dióxido de carbono en un momento «en que todos los principales partidos respaldaban la acción climática».

Los partidos no dan prioridad

En su manifiesto, los conservadores se muestran comprometidos a llegar al cero neto para 2050 y abogan por una «transición pragmática y asequible».

Apoyan una tasa puntual que grave los beneficios obtenidos por compañías energéticas hasta, al menos 2029, y niegan que las nuevas licencias a proyectos de petróleo y gas en el Mar del Norte vayan a poner en riesgo, como mantiene los laboristas, 200.000 empleos y miles de millones de libras, dejando al país a merced del gas de potencias extranjeras.

El laborista Keir Starmer, gran favorito en las elecciones, aborda «el mayor desafío global para el largo plazo» con la ambición de que el país sea «una superpotencia de energía limpia que recorte facturas, cree empleo y alcance seguridad con electricidad sin carbono para 2030» y planea doblar la energía eólica terrestre para 2030; duplicar el gasto para aislar los hogares, triplicar la energía solar y cuatriplicar la eólica marina.

Ese partido respalda, al igual que los ‘tories’, un impuesto puntual a petroleras y gasísticas hasta 2029 y quiere mantener el objetivo del cero neto para 2050, creando una nueva «alianza de energía limpia» que atraiga a una coalición de países.

Los liberaldemócratas -tercera fuerza nacional- claman que la emergencia climática es una «amenaza existencial» que exige «medidas valientes y urgentes» y ambiciona un 90 por ciento de energía renovable para 2030 y emisiones cero neto para 2045.

Las nuevas licencias, causa de fricción

En cuanto a las nuevas licencias en el Mar del Norte, la Agencia Internacional para la Energía (AIE) advirtió de que no se debe seguir extrayendo nuevo petróleo, gas o carbón si se quiere llegar a las cero emisiones netas en 2050

Sobre esto, Climate Group reprocha que Sunak «se apartara de la ciencia con una estrategia miope que ignora su compromiso en la COP28 de triplicar la capacidad renovable mundial y duplicar sus índices de eficiencia energética cada año hasta 2030».

Creen, en cambio, que el laborismo «parece reconocer la urgencia y se propone lograrlo aumentando la energía eólica terrestre, solar y marina, e incrementando el gasto en eficiencia energética».

Tampoco aprueban la medida de retrasar 5 años, hasta 2035, el veto a automóviles nuevos de gasolina y diesel bajo el argumento de que estos objetivos implican «costos inaceptables» a los ciudadanos.

«Es una táctica populista que reacciona ante un pequeño grupo de votantes, ignorando la realidad de que económicamente tiene sentido seguir avanzando», señala Clarkson. EFE

prc/er/amg