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Experto dice que los estados se encaminan a ser entes «anacionales» en bloques geopolíticos

 11 febrero, 2024

por Fernando Prieto Arellano

Madrid, 11 feb (EFE).- En el mundo de hoy se está produciendo un proceso de desarraigo de los estados-nación, que están abandonando sus formas esenciales y se están convirtiendo gradualmente en una especie de entes «anacionales» que con el tiempo acabarán subsumidos en grandes bloques geopolíticos no ya por razones estratégicas o ideológicas sino por la mera proximidad física y, en consecuencia, por mutua interdependencia, sostiene el politólogo español Yago Rodríguez.

En su último libro «Por un pedazo de tierra. La nueva geopolítica basada en las conexiones» (Deusto), Rodríguez considera que factores como las corrientes migratorias masivas, la interdependencia energética o la necesidad de recursos y materias primas básicas para construir los elementos que propician nuestra vida cotidiana están socavando, tal vez sin pretenderlo (o pretendiéndolo tácitamente), las raíces de lo que tradicionalmente se ha considerado un «estado-nación».

«¿Qué va a pasar con la figura del Estado-nación? Pues que, paulatinamente, va a estar cada vez más desconectado de su raíz original» y, en consecuencia, se encaminará a integrar unas superestructuras geopolíticas mucho más densas, pero caracterizadas por la suma de «estados anacionales», afirma Rodríguez en entrevista con EFE.

De acuerdo con la tesis de Rodríguez, el mundo se encamina, aun despacio pero sin detenerse, hacia otra arquitectura geopolítica en la que podría quedar totalmente difuminada, o incluso disuelta, la idea de nación como comunidad o, como la denominaba un autor clásico como Ernest Renan, «un alma, un principio espiritual», o lo que José Ortega y Gasset calificaba de «sugestivo proyecto de vida en común.»

Rodríguez sostiene la tesis de que en un futuro el mundo no será ni monopolar, ni bipolar, ni multipolar, sino que se producirá lo que denomina en su libro una «grupalización de las relaciones entre estados» que, como señala en la entrevista, «conducirá a la formación de cinco grandes núcleos de población: «Europa y el Mediterráneo, América del Norte, el Indopacífico, África Oriental y África Occidental, sin olvidar un sexto bloque, el Iberoamericano, que el autor menciona expresamente en su libro.

A juicio de Rodríguez, se está configurando «una especie de modelo de equilibrio de poderes entre países, cuyas formas aún no están claras. Hay que ver qué pasa con China, India, Brasil, entre otros, pero parece evidente que se va hacia un equilibrio de poder entre distintas potencias, que era por otra parte predecible».

Alguna de esas potencias «puede acercarse o alcanzar a EEUU y arrebatarle una parte de su cuota de poder», afirma el experto, graduado en Derecho por la Universidad de Burgos, director del portal especializado en seguridad y geopolítica «The Polítical Room», y analista de temas militares y de seguridad en diversos medios especializados.

Para Rodríguez «la gran pregunta» es si a medio plazo el mundo asistirá a una división en bloques claros como en la Guerra Fría, pero si esta se produjera, lo más probable es que esos bloques estuvieran liderados por China y Estados Unidos, ambos muy recelosos el uno del otro y con una constante tensión geoestratégica por la cuestión de Taiwán y la permanente amenaza china de invadirla y «qué reacción tendría Estados Unidos y si definitivamente intervendría en su defensa».

«El Estado chino es por sí mismo una fuente de financiación extraordinaria. China ha aprendido las lecciones que condujeron a la caída del Imperio chino, que estaba comido por las deudas con el exterior. Ellos quieren ser autosuficientes. Ahora prestan y se cobran las deudas sobre todo en especie, ya sea con tierras, conexiones o influencias», afirma.

«Los chinos tratan de controlar toda la cadena logística, y esto principalmente se aprecia en todo lo que tiene que ver con las tierras raras y el litio, cuyos proceso controlan de la A a la Z», desde la explotación y la extracción del mineral, su transporte, procesado y venta, aunque el mayor productor mundial de semiconductores (para cuya fabricación el litio es fundamental) sea Taiwán, pero este país aporta «el valor añadido», mientras que el resto de la cadena está en manos de Pekín, señala Rodríguez.

Con respecto a si Occidente ha perdido influencia y presencia y, por consiguiente, capacidad de negocio y aprovechamiento en lo que se denomina el Sur en términos geopolíticos, Rodríguez considera que, si quiere influir allí, «tiene que saber el coste que eso conlleva» y abandonar cualquier tentación de adoctrinamiento, si lo que trata es de hacer negocios.

«El precio del poder de Francia en África, es que mucha gente odia a Francia en África. Y quizá dentro de unos años algo parecido le pase factura a China en las zonas donde ahora es influyente», indica a modo de ejemplo.

Con respecto a la Unión Europea (UE) y su futuro como actor geopolítico relevante Rodríguez se muestra relativamente escéptico.

«¿Qué queremos ser los europeos? ¿Cómo podemos ser un jugador importante antes de ser un simple campo de juego? En Europa no hay un pensamiento centrado en el poder, sino en otro tipo de cosas y estamos condenados a ir reaccionando al hilo de lo que marquen las grandes potencias», afirma. EFE

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