Imagen logo de la OPI

El argentino Andrés Neuman presenta un poemario a su madre con notas de hace quince años

 17 septiembre, 2023

Lucía Alegrete

Madrid, 17 jun (EFE). El escritor argentino Andrés Neuman acaba de publicar el libro de poemas «Isla con madre», en el cual recopila varias de las notas que realizó cuando su madre falleció y que habían quedado abandonadas en un cajón durante quince años.

«Fue una escritura completamente diferente, porque no solo no pensaba en publicarlo, sino que ni siquiera los visualizaba como libro, hasta el punto de que esos papelitos estuvieron literalmente en una bolsita», explica el autor en una entrevista con EFE.

Su objetivo era crear un «diálogo simbólico», ya que sentía que había conversaciones pendientes con su madre, como dice en el mismo libro: «Las verdaderas cartas se escriben para quienes no pueden recibirlas».

«Siempre había sospechado que si no afrontaba la relectura de esos papelitos y no los trataba como textos, una parte sutil pero muy insidiosa del duelo nunca se cerraría por completo», sostiene Neuman (Buenos Aires, 1977).

El empujón final para publicarlo fue la “intuición” de ayudar a la gente que esté pasando por algo parecido, porque la misión del duelo ya estaba cumplida cuando pasó los «papelitos» a limpio y se «reconectó» con ellos.

El poemario editado por La Bella Varsovia fue presentado esta semana en la librería independiente La buena vida, en Madrid, junto con el también poeta Mario Obrero, un joven madrileño.

EL PROCESO DEL DUELO

El argentino, autor de conocidas obras como «El viajero del siglo» (2009), por la que obtuvo el Premio Alfaguara, señala que al transcribir las anotaciones para el poemario, recordó cada lugar en el que había escrito esas palabras.

«Empecé a releerlos y no es que me vinieran sólo fragmentos y jirones de esos textos, sino que me vi sentado en una habitación de hospital, caminando por la calle, en el baño de un hospital (…), recordé el lugar de mi cuerpo escribiendo cada uno de esos textos», aclara.

Para él, hubo una parte «paradójicamente alegre» de esa experiencia, porque era una ceremonia de rescate del ser querido y porque la parte final de todo duelo hecho con amor consiste en «crear presencia».

«Aparte de acompañar, cuidar, despedir y dolerse (…), hay un momento final del duelo que es la recuperación, por otros medios, del ser querido e incluso de su cuerpo mediante las palabras, la reconstrucción de su voz o de las imágenes», confiesa.

El escritor señala que hay «mucha presión» por quemar etapas antes de terminarlas, lo que se debe sobre todo a factores culturales, de educación familiar o productivos, ya que, por ejemplo, un trabajador en duelo no produce.

«Lo confirmamos en la presentación, hubo mucha gente desconocida que se acercó a contar sus historias y lloró. Historias personales de despedida y de cuidado, algunas sorprendentemente parecidas entre ellas», concluye. EFE

lag/lar/amg