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Un homenaje a la tradición: Bruselas brinda por su patrimonio en el festival de la cerveza

 03 septiembre, 2023

Paula Jiménez Belmonte y Paula García-Ajofrín

Bruselas, 3 sep (EFE).- Bruselas es una ciudad de múltiples rostros y títulos, entre ellos el de capital de Europa, del Art Nouveau e, incluso, del chocolate. Pero este fin de semana, rinde homenaje a otro de sus grandes patrimonios, transformándose en el epicentro efervescente de la cultura cervecera.

En la emblemática Grand Place de la capital belga se celebra desde hoy hasta el próximo domingo el Brussels Beer Weekend (El fin de semana de la cerveza en Bruselas), donde tanto lugareños como visitantes de todo el mundo podrán degustar hasta 500 tipos de 53 fábricas distintas.

Monica, de Florida (Estados Unidos), se confesó en declaraciones a EFE amante de la cerveza. Incluso, ha cruzado el Atlántico esta semana no sólo para poder disfrutar en esta fiesta de la cerveza belga artesanal, sino también para ampliar su negocio.

«Mi compañero y yo somos dueños de varias fábricas de cervezas y también trabajo en un restaurante que se centra en la cerveza artesanal, así que hemos venido a Bruselas sólo por el festival», afirmó la estadounidense.

La Unesco declaró la tradición de la cerveza belga Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ya en 2016 para proteger esta costumbre del pequeño país europeo, que involucra a quienes producen, disfrutan y promueven la producción artesanal de la bebida.

Y es que Bélgica cuenta con más de 400 firmas de cervezas que producen 1.600 tipos de esta bebida hecha con cebada fermentada, agua y lúpulo, muchas de ellas artesanales, y cuyo gremio desde el siglo XV ocupa un majestuoso edificio renacentista flamenco-brabantino de la Grand Place.

Entre la multitud de cerveceros que acuden a este festival, no sólo se encuentran amantes de la bebida espumosa, sino también productores, exportadores y fabricantes, e, incluso, caballeros de la Orden de la Pala, un distintivo que representa y homenajea a los cerveceros belgas.

Es el caso del bruselense Erik Coene, que desde hace 35 años importa cervezas belgas en España, donde actualmente reside, y según cuenta a EFE, fue uno de los pioneros en dar a conocer esta parte de su patrimonio.

«Vengo al festival todos los años a hablar con mis proveedores, con mis colegas y con importadores de otros países. Pero esto es una fiesta, es lo que tiene que ser», subrayó Coene, que es precisamente caballero de la Orden de la Pala.

El evento se celebró por vez primera en 1998, año en el que la Unesco inscribió la Grand Place en la lista de patrimonio mundial, y reunió en 2022 a unas 60.000 personas, entre aficionados, turistas, curiosos e ilustres personalidades como el primer ministro, Alexandre de Croo.

«Es una maravilla, lo viven con mucha intensidad», declaró entusiasmado, con una cerveza en mano, el español Eusebio, que llegó el pasado martes a Bélgica con su familia.

Y sin quererlo, ni beberlo, se encontró con este gran festival que celebra esta tradición: «La cerveza es buenísima. Estoy probando de varios tipos y tienes una variedad impresionante».

La cerveza, según los datos del gremio, es un sector que emplea en Bélgica a unas 50.000 personas, alcanza una facturación de unos 4.000 millones de euros (4.360 millones de dólares) al año y representa el 1 % del PIB de Bélgica, con gran parte de la producción orientada a la exportación (el 70,1 % de unos 23,3 millones de hectolitros).

Repartidos en tenderetes de madera, y arropados por actuaciones musicales, charlas y puestos de comida, el Brussels Beer Wekend reúne a algunos de los grandes productores.

Es el caso del gigante mundial AB InBev, responsable de marcas como Stella Artois o Corona; casas que han irrumpido con fuerza en los bares belgas en los últimos años, como la Braserie de la Seine; y pequeños fabricantes artesanales como Achelse Kluis o Du Bocq. EFE

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