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Roma: más árboles, más fuentes y menos asfalto contra el aumento de las temperaturas

 24 agosto, 2023

Marta Rullán

Roma, 24 ago (EFE).- Más árboles y fuentes y menos asfalto: Roma trabaja para hacer frente a las altas temperaturas, que han aumentado 1,7 grados en tres décadas en la capital italiana, una de las más turísticas del mundo y que se prepara para recibir a 32 millones de peregrinos durante el Jubileo de 2025.

«La ciudad trabaja en un plan de adaptación al clima que servirá para afrontar unas temperaturas que ya han subido 1,7 grados en el periodo comprendido entre 1970 y los años 2000», explica a EFE Edoardo Zanchini, director de la Oficina del Clima del Ayuntamiento romano.

Se trata de «un plan estructural», aunque ya se han tomado medidas para afrontar el calor de este verano: «En algunas paradas de autobús, las más concurridas, hemos creado sombra con árboles provisionales y también hemos reforzado la red de fuentes de agua pública», señala.

Las 2.800 fuentes repartidas por toda la ciudad forman parte integrante del paisaje cotidiano y de la vida de los romanos, pero también de los turistas, que las agradecen todo el año, aunque especialmente en la época estival.

Otros «decían que se iban a cerrar, en cambio nosotros no solo queremos mantenerlas, sino que las estamos aumentando y volverán a crecer para el Jubileo de 2025, cuando aumente el número de turistas», explica Zanchini.

El responsable cita como ejemplo las obras de remodelación que se llevan a cabo en la plaza de la mayor estación de trenes de Roma, estación Termini, «donde estamos trabajando precisamente con el objetivo de la adaptación climática con árboles, materiales y agua para reducir el impacto del calor».

Roma, con un 24% de la ciudad cubierta de árboles, está muy por detrás de Madrid (39%) pero adelanta a París (20%), según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que sitúa en el 30% la media europea.

Todas estas medidas parecen más bien destinadas al centro de la ciudad, donde se agolpan los turistas, pero ¿qué se está haciendo para que el aumento de las temperaturas sea más llevadero también en el resto de la ciudad?.

«Los suburbios sufren más que cualquier otra zona porque a los efectos del calor se suman, sobre todo en el este, los de la pobreza y las dificultades sociales», explica sobre una de las áreas más degradadas de Roma, en la que confluyen una alta tasa de población, mucha de ella inmigrante, el caos del tráfico y un elevado índice de criminalidad.

El director de la Oficina del Clima asegura que el Ayuntamiento tiene «intención de invertir, en particular en los suburbios, para que las intervenciones sean estructurales».

Es el caso del Parque de Centocelle, también en el este de la ciudad, que se está «revitalizando y remodelando», con una reforestación y lo que él denomina «plazas de agua», fundamentales en toda la ciudad, como también lo es «repensar los materiales del espacio público».

«Hay que quitar el asfalto, hay que utilizar materiales que sean permeables, que reduzcan la temperatura de la ciudad», explica al referirse también «a la importancia de los parques», donde una plaga de cochinilla está causando estragos entre los pinos, uno de los emblemas de Roma, aunque «no solo en ellos», precisa.

Zanchini recuerda que «Roma tiene un enorme patrimonio verde, dos tercios de la ciudad son zonas agrícolas o parques» y «es obvio que en un escenario como el que estamos viviendo (…) tenemos que prestar mucha atención, no sólo al mantenimiento y la gestión, sino también a (…) la biodiversidad para protegerla y reforzarla».

«No solo estamos trabajando para saber cuáles son los árboles que tienen dificultades, porque en algunos casos tenemos que talarlos por razones de seguridad, sino también para reemplazarlos por especies nativas que se adapten mejor a un clima que también impacta en los árboles».

El Ayuntamiento tiene proyectos «sobre cinco parques a lo largo del río Tíber, que harán accesibles los espacios fluviales a la población de los alrededores, porque el río atraviesa toda la ciudad», pero está «en cierto modo separado de ella», de forma que después la gente «dispondrá de espacios más frescos en verano, también como zonas de juego».

Todas estas intervenciones está previsto que se completen en el periodo 2025-2026, en el marco de las grandes obras en Roma con motivo del Jubileo 2025, con un coste aproximado de 1.800 millones de euros, y con 2026 como fecha límite del plan de recuperación italiano financiado con fondos europeos, de los que es el mayor receptor con un total de más de 190.000 millones. EFE

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