Zelenski acude a una cumbre del G-7 en la que EE. UU. acepta que países aliados entreguen F-16 a Kiev
 20 mayo, 2023
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha llegado este sábado a la ciudad japonesa de Hiroshima, donde se celebra la cumbre del G-7, el grupo de las grandes democracias industriales. El líder ucranio desembarcó de un avión gubernamental francés, y será acogido en la cita tras el gran giro de EE UU que, después de meses de reticencia, ha anunciado su aval a que países aliados entreguen a Ucrania aviones de combate F-16.
El presidente Biden dio este viernes su respaldo a una iniciativa internacional para empezar a formar pilotos ucranios para el uso de esos aparatos, lo que necesitará muchos meses. Hoy, el asesor de Seguridad Nacional de EE UU, Jake Sullivan, pronunció palabras que despejan todas las dudas: “Mientras el entrenamiento se desarrolla en los próximos meses, trabajaremos con nuestros aliados para determinar cuándo serán entregados los aviones, quiénes los entregarán, y cuántos”.
La futura entrega de los F-16 constituye el enésimo caso de suministro de nuevas armas a Kiev que llega después de un largo periodo de reticencia y ponderación. Fue así con los misiles HIMARS, con la defensa antiaérea Patriots, con los carros de combate occidentales.
Sullivan señaló que los socios de Ucrania se centraron primero en entregar lo que se estimaba preciso para la contraofensiva prevista para esta primavera-verano. Ahora que este proceso está culminándose, se abre la puerta a esta nueva fase, que sin duda tardará tiempo en concretarse, también a la vista de la complejidad del manejo y gestión de aviones de combate de cuarta generación como los F-16.
Los F-16 no son el modelo más avanzado que produce EEUU, pero son aparatos claramente superiores a los Mig-29 and Su-27 de los que Ucrania dispone para desempeñar el mismo tipo de funciones. Rusia cuenta, a su vez, con modelos Su-35 que son mejores de los medios ucranios. Alexander Grushko, viceministro de Exteriores de Rusia, reaccionó considerando que “los países occidentales sigue apegados a un escenario de escalada. Esto implica enormes riesgos para ellos”, según declaraciones recogidas por la agencia TASS.
Zelenski participará en dos sesiones del domingo de la cumbre, señaló una fuente europea. La primera con los miembros del G-7, en donde tendrá pues oportunidad de exhortar a sus socios para que sigan en el respaldo; y otra en la que estarán presentes los mandatarios de las otras naciones invitadas a la reunión, entre las cuales destacan tres importantes no alineados: la India, Brasil e Indonesia. En este caso, el líder ucranio tratará de desplazar de alguna manera el posicionamiento político de estas capitales. Está por ver si sus argumentos podrán mover actitudes que por supuesto vienen motivadas por cálculos políticos no necesariamente vinculados con principios legales o morales.
En sus primeras horas en Hiroshima, Zelenski mantuvo varios encuentros bilaterales, entre ellos con el primer ministro británico, Rishi Sunak, con el canciller alemán, Olaf Scholz, y con el primer ministro indio, Narendra Modi.
La de Hiroshima representa la primera participación del mandatario en un encuentro diplomático de esta envergadura desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Rusia en febrero de 2022. Zelenski ha llegado a Japón procedente de Arabia Saudí, a donde viajó con ocasión de una cumbre de la Liga Árabe, organización que agrupa a una veintena de países.
Los movimientos de Zelenski en Arabia Saudí y Japón, así como la propia decisión del G-7 de invitar a Nueva Delhi, Brasilia y Yakarta, entre otros, muestran la creciente búsqueda, por parte de los protagonistas de la tensión en el eje entre este y oeste, de un acercamiento a importantes piezas del tablero del sur global.
Fuentes europeas señalaron que la presidencia japonesa informó con adelantado a los participantes en la cumbre de que el mandatario ucranio participaría. Será de máximo interés interpretar cómo será acogido su planteamiento por parte de los dirigentes de la India y Brasil.
Nueva Delhi se abstuvo en la ONU en la votación sobre la invasión rusa, mantiene lazos históricos con Moscú y ha ensanchado el comercio con su viejo socio en esa fase de tensiones geopolíticas. Brasilia promueve una iniciativa para negociar la paz que provoca cierto escepticismo entre los occidentales.
Los Siete, en una declaración específica sobre Ucrania, señalaron que a su juicio “una paz justa no puede conseguirse sin la completa e incondicional retirada de las fuerzas rusas y esto debe ser incluido en cualquier llamamiento a la paz”, en lo que parece un mensaje diplomático de distanciamiento de las iniciativas de Luiz Inácio Lula da Silva.
Las potencias occidentales buscan desde hace meses convencer de sus argumentos a países del sur global que no tienen simpatía por la agresión rusa, pero que recelan de lo que consideran hipocresía occidental al recordar la invasión de Irak. El grupo busca pues desarrollar su argumento sobre la base del apego a los principios internacionales de inviolabilidad del territorio y de la soberanía de los Estados, más que en un plano de carácter moral, de lucha entre democracias y regímenes autoritarios.
Aunque el actor clave es China, a quien los Siete han pedido en su comunicado final que use su influencia para lograr la retirada rusa, sin duda la India es un jugador de peso. Nueva Delhi mantiene vínculos históricos con Moscú, que fue su suministrador de armas cuando Occidente optó por otras simpatías en la región. Por ello, se abstuvo en la resolución contra la agresión rusa. Hoy, la India va enfriando la relación con Rusia, ha pronunciado palabras críticas y desde luego reduce el vínculo militar, pero en 2022 ha multiplicado por diez sus compras de crudo a Rusia, a precios descontados que le han ahorrado unos 5.000 millones de dólares, según datos del Banco de Baroda, controlado por el Estado indio. Aunque con descuento, las compras han representado un balón de oxígeno para el Kremlin.