Madrid, 29 abr (EFE).- España, Francia y Alemania dieron un nuevo impulso este viernes al futuro sistema aéreo de combate conjunto FACS, un proyecto estratégico europeo que va a suponer una autentica revolución tecnológica, con una inversión de 8.000 millones de euros, y que estará operativo en 2040.

Los ministros de Defensa de España, Margarita Robles; de Francia, Sebastien Lecornu, y de Alemania, Boris Pistorius, suscribieron en Madrid el contrato, adjudicado el 15 de diciembre de 2022, para la siguiente fase de este programa.

En una comparecencia de prensa, transmitieron un mensaje de unidad y el compromiso de acelerarlo.

El proyecto, que comenzó en 2019, se basa en un avión de caza de nueva generación, el motor del aparato, un sistema de drones, una ‘nube’ de combate (información militar), sensores, tecnología de baja observabilidad y un laboratorio de simulación para integrar todos los componentes, explicó la secretaria de Estado española de Defensa, Amparo Valcarce.

Por ello, es «mucho más» que un avión de combate, es un «sistema de sistemas», que va a proporcionar la capacidad militar que, según se prevé, va a ser necesaria en los futuros escenarios de operaciones, coincidieron en señalar los tres responsables de Defensa.

El FACS se encuentra en estos momentos en la fase previa al desarrollo de los demostradores.

Para España el FACS es un proyecto de Estado, no es la compra sin más de un nuevo avión, y representa el paradigma de la nueva estrategia industrial de defensa que está ejecutando el Gobierno.

De hecho, el Ejecutivo se ha comprometido con un presupuesto de 2.500 millones de euros, lo que, según Robles, «pone de relieve» la importancia que se da al proyecto.

«Hemos andado mucho y queremos hoy visualizar lo que supone la Europa de la defensa», incidió Robles.

La ministra española indicó que, aunque son tres los países que forman parte del proyecto, éste está abierto a otros.

El ministro francés advirtió de que Europa se está jugando si existirá en el futuro en el ámbito militar o va a ser un vasallo.

«No podemos ir cada uno por nuestra cuenta», sino que «tenemos que trabajar juntos», argumentó.

En el mismo sentido, el ministro alemán resaltó el valor de que los europeos sen más autónomos; para ello, hace falta la industria, pero también la voluntad de colaborar más allá de las fronteras nacionales. EFE

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