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Gran final del Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval en Cádiz

 05 junio, 2022

Madrid 5 jun.- El humor, la creatividad y la crítica social hecha y cantada por mujeres es una realidad desde hace décadas en el Carnaval de Cádiz. Queda patente cada febrero —o junio, en esta edición, tras la pandemia— por las calles de la ciudad, pero a su Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval, el COAC, le ha costado un poco más. Después de años de intentos, la final de este pasado viernes fue la primera en la que una agrupación femenina y feminista, la comparsa We can do… Carnaval alcanzó la última fase de la competición. La gala contó también con representación de mujeres —en este caso, como integrantes— en el resto de las modalidades que concurrían al pase más codiciado, ya que proclama a sus ganadores anuales. La gala supone además el pistoletazo de salida a nueve días de fiesta en la calle, este año condicionada por unas fechas atípicas que obligarán a adaptar los horarios de las celebraciones.Más información

No es fácil mantener la tensión y el interés en un espectáculo de 12 horas, aunque la gran final del COAC lo consiguió con creces. La última fase del concurso, que arrancó el pasado 16 de mayo, enfrentó a las 14 agrupaciones que se disputaban el primer premio en cada una de las cuatro modalidades que concurren en el certamen. La misión (El evangelio según Santander) se llevó el máximo reconocimiento en la categoría de chirigota; Los sumisos, en la de comparsas; Pachamama, en la de coros; y Los Ultraortodoxos de los callejones Cardoso, en la de cuartetos. El veredicto del jurado no se ha sabido hasta pasadas las ocho de la mañana de este sábado, momento en el que ha concluido una final televisada en directo que comenzó en la tarde-noche del viernes.

El espectáculo estuvo cuajado de golpes de humor, reivindicaciones sociales y críticas políticas, especialmente presentes en una fiesta que este año se celebra en plena campaña de las elecciones andaluzas. Hubo letras a Vox —Los Ultraortodoxos dejaron claro que no les preocupa que suban en las encuestas: “Por mi, que suban tanto, como Carrero Blanco”—; al rey emérito — la comparsa de Antonio Martínez Ares, Los sumisos, transformó lo que parecía un homenaje en una ácida crítica— o a medidas del Gobierno, como las bajas por reglas dolorosas —cantada por la comparsa We can do, que explicó que les sirvió para detectar “a fachas”—. Más allá de la clave nacional, las agrupaciones también cantaron a Cádiz y al propio carnaval —especialmente prolífica en ello fue La misión, chirigota heredera del fallecido autor Manolito Santander— y dieron toques satíricos de nuevo al alcalde de Cádiz, José María González Kichi, aunque no con la dureza de la crítica que Martínez Ares le dedicó en el pase de semifinales.

La regla no escrita de la final dicta que no hay mejor etiqueta como espectador —las entradas se vendieron en apenas horas, unos días antes— que acudir a la final disfrazado. González cumplió vestido del tipo —como se conoce en Cádiz a la caracterización de las agrupaciones— de Los cruzados mágicos, chirigota de 1982 que es un emblema histórico de la fiesta. El resto de miembros del equipo de gobierno acompañó al alcalde disfrazado de pitonisa, de romano o de fenicio, e incluso de traicionado operario de Airbus —con un puñal en la espalda— por el anunciado cierre de la factoría de Puerto Real. González dejó claro que lo de esta edición casi en verano a causa de la pandemia será algo “histórico” por lo puntual. “Es tarde, es en junio, pero podemos estar como si fuera febrero de 2018 y eso es bonito”, declaró en una entrevista en directo con la televisión local Onda Cádiz.

Más allá de las atípicas fechas, el COAC hizo historia también por la presencia de una comparsa de mujeres en la última fase, un corte al que nunca había accedido una agrupación íntegramente femenina. We can do… Carnaval —caracterizadas de la obrera estadounidense Naomi Parker Fraley, pero con atributos gaditanizados— de la autora Marta Ortiz cantó al machismo imperante, a las violaciones y a la lucha obrera. Aunque no llegaran a proclamarse vencedoras —quedaron cuartas—, su presencia, sumada a la de compañeras presentes en coros, otra comparsa, una chirigota y un cuarteto, pone fin a una anomalía que duraba demasiado en la final.

Tras el parón impuesto por una fiesta mediatizada durante el franquismo —antes de la dictadura, hay constancias documentales de una “murga feminista” en 1914, Las petit’s criollas—, los primeros grupos creados y cantados por mujeres llegaron a primeros de la década de los ochenta. Con los años, la mujer se ha hecho fuerte en la calle, donde presenta agrupaciones callejeras o ilegales de gran nivel. También en el concurso, en este caso, especialmente en las modalidades de coros y comparsas, pero siempre se quedaban en pases anteriores a la final.Más información

El epílogo de la madrugada de este viernes puso fin a un concurso especialmente extraño, en el que las ausencias han sido destacadas. De las más de 120 agrupaciones que llegaron a concursar antes de la pandemia, este año se alcanzaron solo algo más de la mitad, debido a que muchas agrupaciones de fuera de Cádiz renunciaron a concursar fuera de las fechas de febrero, debido a que el repertorio y el tipo para el COAC debe ser inédito.

La final marca la transición a la fiesta en la calle, que arranca este sábado con el pregón que pronuncia la cantante India Martínez en la plaza de San Antonio, y continuará hasta el próximo 12 de junio. Durante estos días, la programación ha tenido que adaptarse a las temperaturas casi veraniegas y la mayoría de los actos, como los carruseles de coros, se han movido a la tarde-noche para evitar las horas del día de mayor calor. Después del carnaval improvisado y numeroso que se vivió en la calle el pasado mes de febrero, está por ver con qué ganas acogen gaditanos y foráneos el, ahora sí, extraño y extraordinario carnaval oficial de junio.