Ciudad de México, 2 may (EFE).- Los serios astados de Pozo Hondo sobresalieron por casta y algunos por bravura en la corrida de este domingo en la Plaza Monumental México de esta capital. El mexicano Arturo Saldívar cortó una oreja mientras sus compatriotas Ernesto Javier El Calita y Miguel Aguilar no obtuvieron trofeos. Se registró menos de un cuarto de entrada.

Sobria corrida de dos horas y media gracias a los toros de la divisa zacateca de Pozo Hondo que por exigencia evitaron en gran medida las habituales falsas artes de los de luces.

Seis toros, alguno protestado al saltar al ruedo por entender grupos de aficionados que lucían anovillados, aportaron emoción en todas las suertes especialmente la de varas, lo cual es noticia destacable en esta plaza.

Los Pozo Hondo impusieron su ley salvo ante algún picador y la muleta de El Calita en el primero de la tarde y momentos del cuarto. Del desempeño del torero mexicano destacó su lidia al que abrió plaza, el toro que más demandaba sitio para embestir.

Tras darse cuenta tarde que era rival para torear en corto muy cruzado y no para citar de lejos, inició El Calita una lidia muy cruzada y de verdad. Con paciencia valor y mucho sitio la faena culminó con una tanda de tres naturales con mando excepcional y arrebato. Tras una buena estocada recibió aplausos el matador e inmerecidos pitos el áspero ejemplar.

En su segundo, El Calita enfrentó una res brava de embestida eléctrica que pretendió el espada desafiar sin fijeza ni riesgo hasta que se concienció del rigor ortodoxo requerido para templarla. Al pitón contrario tejió una segunda tanda muy profunda. Tras esta una tercera sin sitio, improvisada de cualquier manera por la ansiedad. Cambió de mano y de nuevo al natural tragando mucho completó una tanda importante compuesta por una tercia de pases.

Luego, al paso del gusto de la plaza pero con aroma a fin de faena sin haber hecho todo bien, y con pases de pecho, remató su tarde con una buena estocada al segundo intento. Obtuvo aplauso finales intensos que Calita con responsabilidad agradeció desde el burladero sin asomar al tercio.

Tanto Saldívar como Aguilar tuvieron suerte en el sorteo pues enfrentaron toros para lograr un triunfo importante en caso de hacer las cosas correctamente. No fue el caso.

Al segundo del encierro que fue protestado por anovillado al salir de toriles y aplaudido en arrastre lento al ser retirado al desolladero, un animal que se empleó al caballo e embistió con bravura, Saldívar lo toreó con algún pase bueno pero con tandas descompuestas aprovechando el viaje sin ser capaz de mandar.

Cuando al menos se acopló al natural y el toro se le paró, poniendo a Arturo ante el gran pase de la temporada, previo trance tragando con firmeza, en un segundo Saldívar optó por aliviarse por la espalda.

A partir de ese momento solo ofreció circulares traseros y demás adornos por los que el magnífico astado se dedicó a correr detrás de un trapo en vez de embestir una tela. Mató de trasera desprendida y obtuvo la oreja.

Al quinto, un Pozo Hondo con trapío que acudía de lejos y con empuje, de citar en paralelo tapó su emoción el acartelado esta tarde primaveral en la capital.

Por su parte el torero Miguel Aguilar parece haber perdido el sitio frente a los toros que el novillero Aguilar tenía. No pudo con sus bravos rivales que se fueron sin ser toreados y aprovechó algunos aplausos para darse una vuelta al ruedo en el que cerró el buen encierro de Pozo Hondo. EFE

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