Imagen logo de la OPI

Las mujeres malienses desafían la inseguridad y los trabajos de hombres

 07 marzo, 2022

Bamako, 7 mar (EFE).- Las mujeres en Mali tienen la tarea difícil de desafiar a diario la compleja situación de inseguridad que atraviesa este país asolado por los grupos yihadistas, así como luchar contra los estereotipos de género.

Con motivo del Día de la Mujer, Efe habla con dos mujeres malienses que han roto esquemas y ejercen en Bamako trabajos tradicionalmente de hombres.

Son Alima y Marie Julie, conductora de mototaxi una y cámara de televisión la otra que se enfrentan constantemente a los prejuicios y confían en ejercer de pioneras para futuras generaciones.

MOTOTAXISTA CONTRA LOS ESTEREOTIPOS

Alima Traoré, madre de dos hijos, trabaja de chófer de mototaxi, una profesión raramente ejercida por mujeres. Además de trabajar, estudia en la Facultad de Ciencias Económicas e intenta gestionar su tiempo entre las clases, su familia y su vida profesional.

Recorre con su moto las calles de Bamako desafiando, como cuenta a Efe, una ciudad «minada por la inseguridad, la falta de civismo y los accidentes».

«Al principio mis compañeros de carrera consideraban una locura que una mujer se aventurara en la profesión de mototaxi», subraya Alima, cuyos amigos y familia, dice, han ido aceptando la idea con el tiempo.

Alima reconoce que la situación de inseguridad y los estereotipos de género dificultan su trabajo, pero intenta adaptarse a las circunstancias.

«De momento me va bien, pese a que los problemas nunca faltan por parte de los clientes. A algunos les resulta difícil aceptar ser transportados por una mujer, pero ya llegará», asegura.

UNA CÁMARA EN MEDIO DE HOMBRES

La misma esperanza comparte Marie Julie Traoré, divorciada y madre de un hijo de 14 años, que ejerce de cámara en la televisión nacional, otra profesión dominada por los hombres.

En un país donde una de cada tres mujeres han sufrido violencia física o sexual alguna vez en su vida (según los datos de la Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD), Marie Julie cuenta que tuvo que superar enormes obstáculos para conseguir su trabajo.

Abandonada por su familia cuando murió su madre, Marie Julie durmió en la calle: «He aguantado el hambre y la sed. Muchas veces logré escapar de agresiones e intentos de violarme. He tenido la suerte de poder superar esas dificultades. Ahora nada me impresiona», dice a Efe.

Marie Julie consiguió estudiar en el Instituto Nacional de Artes en Bamako, fue contratada posteriormente como cámara en la televisión nacional y lleva ahora unos años yendo a un curso de artes marciales para defenderse: «Nunca se sabe», apunta.

Además de los problemas de inseguridad en el país, reconoce que tiene que afrontar también las miradas reprobatorias de los demás.

«Las mismas mujeres se sorprenden cuando ven a una mujer ejerciendo esta profesión. Me gusta hacer este trabajo junto a compañeros hombres, así demuestro que la mujer maliense puede hacer mucho y más», señala.

A diferencia de las grandes ciudades donde hay una conciencia política y cierta emancipación femenina, las mujeres malienses que viven en las extensas zonas rurales parecen resignadas a su destino y sus prioridades se centran en cultivar sus tierras o sobrevivir con sus hijos a los recurrentes ataques terroristas.

Pero Marie Julie confía en que las mujeres pueden cambiar su destino: «Quiero contar mi historia en un libro o una película. Quiero que las demás mujeres sepan que podemos vivir el infierno y reencontrarnos con el paraíso». EFE

id-fzb/mt/pi