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El Mariquelo sube a la Catedral de Salamanca ante la lluvia y viento

 01 noviembre, 2021

Salamanca, 01 nov (EFE).- El folclorista Ángel Rufino de Haro, ‘El Mariquelo’, ha subido este domingo a una de las zonas más altas de la Catedral Nueva de Salamanca, con escaso público presenciando la escena como consecuencia de la intensa lluvia y el viento, y ya van 35 años consecutivos de una tradición que recuerda el terremoto de Lisboa de 1755, que se sintió en la capital salmantina pero no produjo víctimas.

La referida tradición, recuperada por este folclorista salmantino en 1985, se ha visto alterada esta vez por un copioso aguacero, lo que ha provocado que la Plaza de Anaya, delante de la Catedral, contara con poco público, cuando lo habitual es que esté repleta de curiosos.

‘El Mariquelo’ subió, como es costumbre en los últimos años, hasta la campana grande de la Catedral, desde donde, como también es tradición, ha tocado cuatro charradas y ha soltado una paloma, como símbolo de paz, y en esta ocasión, ha recordado a las víctimas del covid y ha dado las gracias a los sanitarios, además de mentar y agradecer la labor de la Asociación de Esclerosis Múltiple.

A las 12 en punto del mediodía, ‘El Mariquelo» llegó a la campana, tras media hora de subida y ascender los cerca de 300 escalones para hacer cima en los 200 metros de altura.

Allí arriba, ha recordado una tradición centenaria, una acción de gracias que comenzó en el año 1755 cuando el terremoto de Lisboa (Portugal) se sintió en Salamanca pero no destruyó la Catedral ni causó víctimas mortales.

Desde aquel año, uno de los miembros de la familia de los Mariquelo, que cuidaba el templo salmantino, subía hasta lo más alto para hacer sonar las campanas como símbolo de agradecimiento.

Años después, y tras un tiempo en el que se rompió la tradición, en 1985 el folclorista salmantino la retomó y, tras adoptar el papel de heredero de los Mariquelo, comenzó a subir hasta la veleta de la Catedral, aunque ya en los últimos años se queda en la campana por el mal estado en el que están los últimos metros del hierro exterior de la cúpula del templo. EFE.