Imagen logo de la OPI

Fontán: «Sí a las energías limpias, pero no a costa del territorio y la vida»

 04 octubre, 2021

A Coruña, 4 oct (EFE).- La arquitecta Cristina García Fontán apuesta por la introducción de las energías limpias con tanta rapidez como se pueda ante la repercusión medioambiental que está originando el cambio climático, pero «no a costa del paisaje, ni del territorio, ni de la vida de las personas».

García Fontán, profesora en la Universidad de A Coruña, ha presidido esta semana en esta ciudad el foro IAPS International Symposium on «Sustainability in the Post-Covid era: Challenges and Opportunities in the face of Climate Change and the Energy Transition», en el que expertos de todo el mundo han abordado los desafíos que plantean los cambios estructurales del entorno de acuerdo con los principios ecológicos, sociales y económicos.

En una entrevista con Efe, la coordinadora del Grado en Paisaje de la universidad coruñesa considera «urgente» aplicar las nuevas políticas y transformaciones en los modos de consumo, así como la producción de energía mediante aerogeneradores o placas solares, que no obstante tienen un impacto sobre el territorio que «hay que controlar y medir y hacer de forma racional».

«Los aerogeneradores hace 20 años tenían 45 metros de altura y hoy tienen 220, no es lo mismo», avisa la profesora al recordar que cuando se hizo el plan de los eólicos en Galicia estos «eran distintos».

Este plan es «muy ambicioso» en cuanto a la cantidad de espacios que se pueden ocupar con eólicos «pero hay que hacerlo con cuidado porque los elementos han cambiado», dice sobre la altura de los aerogeneradores, que representa mucha diferencia en relación al impacto paisajístico, el tipo de cimentación o la cantidad de energía que producen.

Según esta experta, se «está fragmentando muchísimo la introducción del eólico y el problema es la red y la subestación, estamos llenando el territorio de redes de electricidad» con líneas que pueden alcanzar los 50 kilómetros y que atraviesan pueblos y modifican paisajes, detalla.

El impacto ecológico es enorme, abunda Fontán, que sostiene que hay cientos de solicitudes y que la Xunta «ha admitido 35 parques y denegado cuarenta y pico, pero es que 35 son muchos, cuidado».

En definitiva, no es solo la generación de energía sino su transporte «lo que genera el problema», por lo que su propuesta pasa por «optimizar los aerogeneradores que ya hay ahora, cambiarlos por otros nuevos, lo que sería más eficiente que insertar en todo el territorio nuevos aparatos en grupos de diez o doce».

García Fontán insta a reflexionar y a «tomarse en serio a las asociaciones», este sábado se manifestaron una decena de entidades ecologistas que protestan por la proliferación de eólicos en el sur de la provincia de A Coruña, así como a «trabajar en el territorio».

«Vamos a tener que introducir energía limpia pero no a costa del paisaje, ni del territorio, ni de la vida de las personas», reitera Fontán, que subraya además que el rural está ya bastante deshabitado como para «generar más elementos de distorsión que van a hacer que no se pueda asentar la gente».

El ruido, los problemas en la flora y fauna, en el territorio y también el impacto social es «importante» en esta transición energética, sobre todo en lugares donde toca sufrirla como As Pontes y Meirama, también en la provincia de A Coruña.

«Es un impacto social bestial el cambio del carbón a las energías limpias» que conlleva también un cambio en los impuestos, «lo notamos con la subida de la electricidad», indica la arquitecta.

Para García Fontán, es necesario un cambio en el modelo de consumo acompañado de una adaptación a los medios de vida posibles para reducir la huella ecológica, porque «si seguimos consumiendo igual no tiene sentido la transición energética».

Adaptar los hábitos de consumo contribuiría a esa adaptación, dice, por ejemplo observando lo que comemos y cuánto, y si es de producción local: «hay que tener mayor apego y control de consumo, no puede ser que subvencionemos lo que viene de fuera y no lo local».

Preguntada por la covid-19, ha citado el virus como uno de los impactos que ha sufrido el medioambiente pero «no ha sido decisivo», como sí lo es el cambio climático, si bien ha contribuido a un «cambio de conciencia sobre los modos de consumo y los espacios verdes».

Elizabeth López, EFE.