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Tres nuevos Goya y otras ocho obras, marcan «un hito» en el Museo zaragozano

 18 septiembre, 2021

Zaragoza, 18 sep (EFE).- La incorporación de once nuevas obras al Museo Goya de Zaragoza, tres del pintor de Fuendetodos, junto a tres de Francisco Bayeu, tres de Antonio González Velázquez y una de Corrado Giaquinto y de Francisco Preciado de la Vega, supone «todo un hito y un muy día importante» para el espacio museístico.

Así lo ha calificado el director general de la Fundación Ibercaja, propietaria del museo, José Luis Rodrigo, en la presentación de estas nuevas obras junto a la directora del espacio, Rosario Añaños, y al doctor especialista en Goya y autor del estudio histórico-artístico de los cuadros, Arturo Ansón, que se han dado a conocer en sociedad este viernes.

Estos tres expertos han resaltado que con la exhibición de estas once obras, procedentes de una colección particular, se amplía el discurso expositivo del Museo Goya, se refuerza la difusión de la obra del pintor aragonés y completa los fondos pictóricos de mediados del siglo XVIII, que suman 517 obras en total.

Rodrigo ha recordado que con la incorporación de estas tres nuevas obras de juventud de Goya, “Virgen del Pilar con Santiago y uno de los convertidos zaragozanos”, primera pintura conocida y firmada por el artista, “San Cristobal” y “Dios Padre y el Espíritu Santo en la Gloria”, el espacio aloja un total de veintitrés obras: diecisiete pinturas, un dibujo y las cinco grandes series de grabados.

«Me enorgullece decir que este Museo es la puerta de Goya en Aragón. Quien quiere conocer la obra de Goya tiene que venir al Museo, que es uno de los referentes en el mundo de su obra», ha afirmado Rodrigo.

También ha expresado su agradecimiento al propietario y coleccionista de las obras por su cesión y su contribución a que puedan ser conocidas por la sociedad.

En este sentido, las obras, según ha explicado Ansón, no han precisado de ningún tipo de intervención ni restauración para su exposición y las que se hicieron fueron hace unos años cuando el propietario las adquirió.

Las otras ocho obras que se incorporan son: de Francisco Bayeu, “La Virgen y el Niño entregando rosarios a Santo Domingo de Guzmán y a Santa Rosa de Lima”, “Virgen del Rosario” y “El dios Vulcano”; de Antonio González Velázquez “Flagelación de Cristo”, “La oración en el Huerto” y “Una joven ofrece una copa de vino a un joven pastor”; de Corrado Giaquinto “Aparición de la Virgen a San Felipe Neri”, y de Francisco Preciado de la Vega “Santa María Magdalena”.

Estas once obras se dieron a conocer por primera vez en la exposición «La estela de Corrado Giaquinto en España: de González Velázquez y Bayeu», ya que, excepto una de ellas, el resto eran obras absolutamente inéditas.

La mayoría de estos cuadros corresponden a los primeros años de actividad de sus autores, como “Virgen del Pilar con Santiago y uno de los convertidos zaragozanos”, que realizó Goya en su época de adolescente con unos 13 o 14 años y que podría ser previa al comienzo de su formación artística con uno de sus maestros, José Luzán.

De esta obra además resalta que es una pieza artesanal destinada a cubrir la demanda popular de imágenes pintadas de la Virgen del Pilar que se podían adquirir a precios módicos en el propio templo por fieles devotos y peregrinos.

El oleo “San Cristóbal” es una pintura inédita de Goya y una de las primeras que realizó durante su aprendizaje en el estudio de Luzán y que es una copia de una obra de Francisco Solimena, mientras que de “Dios Padre y el Espíritu Santo en la Gloria” se desconoce la procedencia y sería la parte superior de un cuadro de considerables dimensiones, integrado en un retablo de la iglesia de un convento o de una parroquia de Aragón.

Ansón ha destacado la admiración de Goya por la obra de Giaquinto, del que ya conocía parte antes de viajar a Roma, donde se dedicó a conocerla en profundidad.

Del conjunto de obras el experto ha subrayado «la calidad, representatividad y fuerza de los trabajos para el discurso del Museo Goya», aunque también ha puntualizado que se trata de obras de juventud en las que todavía no se puede contemplar al artista en su plenitud pero que tienen «detalles que hacen pensar que va a llegar lejos».

Otro aspecto relevante de los tres nuevos cuadros de Goya de la colección es que «empieza a ensayar soluciones que definirán su estilo en el futuro».