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Álvaro Moreno, el físico «fichado» por Google Earth que monitoriza la salud del planeta

 13 agosto, 2023

Carla Aliño

València, 13 ago (EFE).- Álvaro Moreno es físico e investigador de un laboratorio puntero de la Universitat de València desde el que observa la Tierra con los datos que facilitan los satélites y monitorizar su salud, a través del estudio de la vegetación y los ecosistemas terrestres, y su trabajo ha hecho que Google Earth se haya fijado en él para uno de sus selectos equipos internacionales.

«La monitorización de la Tierra mediante satélites es la mejor herramienta que tiene la humanidad para observar y cuantificar de manera continua el estado del planeta», afirma este investigador del Image Processing Laboratory de la UV en una entrevista con la Agencia EFE, en la que señala que estos datos nos permiten «entender y predecir con mayor precisión el futuro del planeta».

Moreno acaba de entrar a formar parte del reducido grupo -menos de 40 en todo el mundo- de Google Developer Experts (GDE) en Google Earth Engine (GEE), la tecnología más avanzada para el procesamiento y análisis de datos geoespaciales a escala planetaria.

Él agradece este reconocimiento pues le permite estar en contacto directo con los desarrolladores de esta plataforma que, según dice, le ha facilitado enormemente el trabajo y además, le ve muchísimo potencial, pero señala que no trabaja para Google ni esta empresa le paga.

Lanzada en 2010, Google Earth Engine es la plataforma más potente de datos geoespaciales, sistemas de análisis avanzados y capacidades de procesamiento en la nube a escala global, lo que la convierte en una herramienta de gran importancia a la hora de abordar problemas ambientales, realizar investigaciones científicas o desarrollar soluciones a escalas espaciales y temporales antes inimaginables.

«Yo la descubrí sobre 2015 y, de alguna manera, me enganchó porque vi que me facilitaba muchísimo el trabajo, me simplificaba muchos aspectos y, sobre todo, me permitía tratar problemas que son globales de una manera mucho más sencilla», asegura Moreno, especialista en teledetección.

Además, asegura que gracias a esta herramienta cualquier persona puede acceder, desde un simple ordenador o una tableta, a una cantidad de datos e información a los que antes solo tenían acceso personas expertas en el procesamiento de los datos o con grandes recursos.

LA CLAVE DE LA TELEDETECCIÓN

Moreno defiende que la teledetección es crucial para el futuro del planeta ya que sin ella «es imposible saber en qué punto estamos y hacia dónde vamos» con tanta precisión y detalle.

Además, añade, «nos permite acceder a zonas remotas del planeta que casi de ninguna otra forma podríamos monitorizar», como el Amazonas, los polos o los desiertos.

Tras centrar su tesis doctoral en los flujos de carbono de las plantas, Álvaro Moreno hizo un postdoctorado con el científico de la NASA Steve Running, cuyos trabajos sobre los flujos de carbono, destaca, contenían «los datos que soportaban gran parte de los estudios del IPCC» sobre cambio climático.

«El impacto de poder cuantificar cuánto carbono fijan las plantas es supercrítico para saber realmente cuánto dióxido de carbono estamos soltando y qué parte vuelve a ser reabsorbida», asegura, y defiende que eso es fundamental ante el cambio climático.

Pero, además, señala que gracias a los avances en la teledetección también es posible cuantificar los recursos hídricos existentes en una determinada zona o en todo el planeta, lo que permite tomar decisiones sobre, por ejemplo, qué cultivos plantar o no plantar.

CONOCER EL ESTADO DEL PLANETA

Las posibilidades de observación que ofrece una plataforma como Google Earth Engine son casi infinitas. «Es un papel en blanco», proclama este investigador, quien señala que en estos momentos se trabaja más en la monitorización que en la predicción, que sería «otra historia».

«Monitorizar te permite saber el estado en el que estás, si este año ha sido un año donde la vegetación ha funcionado bien y ha capturado mucho CO2 o por el contrario los cultivos han estado evaporando más de lo que toca y podemos estar en un aprieto», explica.

En este sentido, añade, «si sabes que hay un déficit de agua, el modelo te va a decir: ‘Cuidado, que igual la productividad de tus cultivos va a bajar’, o ‘cuidado, que tus bosques están en un aprieto e igual están sobreviviendo, pero como siga esto van a morir'».

LOS PROBLEMAS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Moreno confía en los avances de la Inteligencia Artificial, especialmente en el campo de la observación de la Tierra, donde solo ve ventajas, pero también es consciente de los riesgos que entraña su uso en otros ámbitos de la vida, especialmente tras la irrupción del chat GPT.

«Creo que uno de los problemas más grandes que puede generar es el de la credibilidad», señala, pero también recuerda que la IA lleva en el mundo desde hace muchos años, aunque reconoce que su desarrollo ha sido muy grande en los últimos 10 o 15 años.

«Para mí es una herramienta y la utilidad creo que es incuestionable. Es un avance brutal la cantidad de cosas que podemos hacer, modelar, pero también entender. Es como un salto matemático de entendimiento y de procesado muy grande», asegura. EFE

ca/cbr